Ya que mi esposo se recuperó, lo dieron de alta en Octubre. Yo le hacía las curaciones. Me enseñaron cómo, porque no teníamos recursos para contratar a una enfermera. Estábamos viviendo ahí dónde ahora está la casita ahorita.
Mi esposo regresó al hospital en Noviembre. Le dijeron que ya le iban a hacer la siguiente operación. Gracias a Dios salió bien. Con mucho esfuerzo y sin excederse, empezó a acomodar cosas en la casa, como los tabiques. Teníamos un techo provisional que hizo él, donde vivíamos mi esposo y yo. Mis hijos estaban con mis suegros.
Poco tiempo supe de una fundación que se llama DISCRU. Estaba apoyando a gente que no le había ayudado el gobierno. Yo fui a dónde se reunían. Me dijeron que ya estaban sobrecomprometidos y que no creían que me iban a poder ayudar. Me preguntaron si había recibido el dinero de pérdida total por parte del FONDEN. Les dije que no y les enseñé mi tarjeta [de débito]. Todavía no me había gastado los 15,000 pesos.
Como a los 15 días, mi esposo estaba afuera en la pared rosa. Nos quedamos con esa pared porque, si la tirábamos, íbamos a estar totalmente descubiertos. Sólo se quedó esa pared de enfrente después del sismo. Ël la quitó poco a poco y limpíp los tabiques, uno por uno, para construir algo después.
Yo llegué del trabajo y lo escuché platicar [con alguien]. Eran de la fundación que fuimos a ver. Eran de diferentes países, pero se habían unido para ayudar. Hasta hay un video donde le preguntan a mi esposo qué significa su casa para él. Salimos en la pared rosa.
No recuerdo bien la fecha, pero esto pasó como por abril [del 2018]. Nos explicaron que había gente que no necesitaba una casa nueva y que igual se anotaron, entonces planeaban depurar algunos para ayudarle a otros que de verdad lo necesitaran, como nosotros. [Nos dijeron] que era una casa de un sólo piso y que el modelo iba a ser el mismo para todos. No era como nosotros la queríamos, pero iba a ser una casa.
Fui de las últimas que anotaron y, gracias a Dios, de las primeras que recibieron casa. Los 15,000 [pesos] que me dio el gobierno, los ocupé para darles de comer a los señores, los albañiles. No era necesario, pero yo sí les daba un desayuno, una comida y una pequeña cena.
Cuando se empezó a construir, mi esposo dijo que la echaran para atrás para hacer unos locales en frente y poderlos rentar para tener algo de ingresos después. Me construyeron la nueva casa en lo que es más o menos la mitad de lo que era mi casa antes. Por eso quedó el espacio dónde no está construido.
La cocinita la decidió hacer mi esposo porque yo no quería guisar adentro. El espacio era muy pequeño y el techo muy bajito. Entonces la casa e smás caliente de lo normal.
Yo trabajé todo el 2018 en la biblioteca. Justo el 28 de diciembre [del 2018] entré a trabajar [como empleada doméstica] porque ya nos habían dicho que no iba a haber trabajo en la biblioteca. Ya iba a haber otro presidente municipal.
Mi esposo trabajaba muy poco porque estaba malo. De hecho, sólo trabajaba ya en el taxi porque el hielo es muy pesado y no podía cargarlo. Entonces dejó de venderlo. Entonces mi hermana me habló y me dijo que había un trabajo en el fraccionamiento donde ella trabajaba. Me acuerdo perfecto que era 28 de Diciembre porque ese día era mi aniversario de bodas y yo me quedé a trabajar. Y ya llevo [en el mismo trabajo] desde ese entonces.
El 2019 fue normal. Yo trabajaba y mi esposo veía la forma de ir haciéndole modificaciones a la casa poco a poco. Pero él siempre tuvo el problema en la pierna.